Barras de ayuda: un aliado contra las caídas

Anciano agarrando una barra recta de apoyo anclada a la pared

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se producen más de 37 millones de caídas que requieren atención médica. Cabe remarcar que son una de las principales causas de lesiones entre las personas mayores y aquellas con movilidad reducida, y es por ello que a lo largo de este artículo vamos a hablar de una herramienta esencial para mejorar su seguridad e independencia: las barras de ayuda.

¿Para qué sirven las barras de ayuda?

Las barras de ayuda, también conocidas como barras de apoyo o asideros, son dispositivos de seguridad instalados en paredes, baños y otras áreas, diseñadas para ofrecer un soporte adicional, permitiendo a las personas mantener su equilibrio y estabilidad mientras realizan actividades cotidianas como ducharse, levantarse del inodoro o subir y bajar escaleras.

Beneficios de las barras de ayuda

El uso de barras de ayuda proporciona numerosos beneficios a sus usuarios. Algunos de ellos son los siguientes:

Ayudan a prevenir caídas: Este es su principal beneficio, ya que proporcionan un punto de apoyo firme, reduciendo el riesgo de resbalones y tropiezos en superficies húmedas o inestables.

Mejoran la independencia de los usuarios: Dado que las personas mayores y/o aquellas con movilidad reducida en muchas ocasiones dependen de la asistencia de cuidadores o familiares, las barras de ayuda les permiten realizar las tareas diarias con más autonomía, hecho que ayuda a mejorar también tanto su autoestima como su calidad de vida.

Son fáciles de instalar y usar: Las hay de diferentes tamaños y diseños, por lo que se pueden adaptar a cualquier necesidad y espacio.

Reducen el miedo a caídas: Tener una barra de ayuda disponible hace que aumente la confianza y, por tanto, disminuya el miedo a las caídas.

Uso de barras de ayuda en residencias de ancianos

Las barras de ayuda se pueden colocar tanto en viviendas particulares como en diferentes equipamientos como, por ejemplo, hospitales o las residencias de ancianos. Centrándonos en este último espacio, los lugares concretos donde pueden ser más útiles como apoyo para sus usuarios son los baños, pasillos, dormitorios y áreas comunes.

Y es que la correcta instalación de las barras de ayuda es básica para garantizar su efectividad y seguridad. Para tomar la mejor decisión sobre su colocación, es recomendable seguir estos pasos:

Evaluar necesidades: Se deben identificar las áreas de la residencia donde hay un mayor riesgo de caída.

Altura cómoda y accesible: Para que resulten útiles, se deben colocar en la posición adecuada. Generalmente, se recomienda su colocación a entre 80 y 100 cm del suelo, aunque depende de las necesidades específicas de los residentes en cuestión.

Fijación segura: Para soportar bien el peso de los residentes, deben estar sujetas de una manera firme, usando los anclajes y tornillos adecuados.

Tipos de barras de ayuda

Para poder garantizar la seguridad, en Simex contamos con un amplio catálogo de barras de ayuda, que se pueden colocar tanto en paredes, techos o suelos para proporcionar una ayuda estable.

Cabe remarcar que todas nuestras barras de ayuda están diseñadas de forma ergonómica para proporcionar la mejor comodidad y seguridad para los usuarios, con una gran variedad de estilos como barra abatible para baño de minusválidos, barras en ángulo de pared y barras fijas.

Además, nuestras barras de ayuda se adaptan a cualquier diseño, ya que están disponibles en acero inoxidable y aluminio nylon, y en color blanco, negro y metalizado.

Más consejos para prevenir caídas

Además del uso de barras de ayuda, hay otras medidas simples y efectivas que se pueden aplicar, sobre todo las personas mayores, para evitar caídas. ¡Toma nota!  

Mantenerse activo: La actividad física es fundamental para mantener la fuerza muscular, la flexibilidad y el equilibrio.

Revisar la medicación: Con el paso de los años, es más común tener que ir aumentando el uso regular de medicamentos, y alguno de ellos puede provocar efectos secundarios como mareos o somnolencia, lo que puede aumentar el riesgo de caídas. Por ello, se deben revisar periódicamente con un médico o farmacéutico, por si se debe ajustar alguna dosis o cambiar algún medicamento.

Hacer revisión de audición y visión: Una buena vista y un buen oído son esenciales para evitar caídas. Es recomendable que las personas mayores se hagan una revisión al menos una vez al año.

Iluminación adecuada: Para evitar tropezar o caer, es básico tener una buena iluminación en el lugar donde se está. Para ello, el uso de luces nocturnas en dormitorios y baños puede resultar de gran utilidad.

Eliminar obstáculos: En las residencias de ancianos ya se tiene en cuenta este factor, pero si la persona mayor se encuentra en su domicilio viviendo es importante que se haga una revisión del hogar para identificar y eliminar posibles peligros como, por ejemplo, alfombras sueltas, muebles mal colocados que obstruyen caminos, cables en áreas de paso, etc.

Usar calzado adecuado: Se recomienda utilizar zapatos con suelas antideslizantes, un buen soporte para el pie, cómodos y bien ajustados.

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