¿Cuándo se descubrió el acero inoxidable?
El acero inoxidable es un material muy duradero descubierto a principios del siglo XX. Es una aleación, – es decir, una mezcla homogénea de metales – de hierro y carbono con un mínimo de entre el 10 y el 12% de cromo. Éste último es el que le otorga un aspecto brillante y le proporciona su principal cualidad: la resistencia a la oxidación. También puede contener otros metales como pueden ser el níquel, el tungsteno o el molibdeno.
Se trata de uno de los materiales más versátiles que existen con infinidad de aplicaciones en distintas industrias como podrían ser la automoción, la producción y almacenamiento de alimentos, el transporte, la construcción, la fabricación de electrodomésticos e incluso la industria textil, entre otros.
Curiosidades del acero inoxidable
En efecto, se trata de un material que puede tejerse ya que se puede fabricar un hilo de acero inoxidable con el que fabricar ropa y complementos. Se utiliza en prendas como los guantes táctiles, capaces de conducir la electricidad de tal manera que permiten el uso del móvil con los guantes puestos.
Además, se trata de un material que se expande y se contrae. A pesar de ser altamente resistente a los cambios de temperatura, tiene la capacidad de expandirse y contraerse si se expone a fuertes cambios. Es por esta razón que la industria de la construcción debe tener en cuenta su expansión térmica a la hora de apostar por su uso en grandes estructuras.
Otra de sus singularidades es su magnetismo. Dependiendo de sus aleaciones, sus propiedades se ven modificadas pudiendo convertirse en un metal magnético o no.
Por último, se trata de un material 100% reciclable, lo que supone una gran ventaja para el medioambiente por sus numerosos beneficios. Según Ferros Texar, “en concreto, en España, ya reciclamos el 84,8% del acero, siendo el país que más acero recicla de la Unión Europea, por detrás de Dinamarca, Países Bajos y Alemania”. (Clica AQUÍ para acceder al resto del artículo).
Así, por todas estas singularidades y por sus propiedades el acero inoxidable se ha convertido en uno de los materiales más utilizados para multitud de aplicaciones. Resulta común encontrarlo en nuestras cocinas, baños y distintos lugares de nuestro hogar. Sin embargo, a pesar de su resistencia y durabilidad, se trata de un material sensible a las manchas y sobre el que sigue existiendo un cierto desconocimiento acerca de su tratamiento y mantenimiento. En este artículo os traemos 8 trucos caseros para limpiar el acero inoxidable, así como varias indicaciones para mantenerlo brillante y con buen aspecto.
¿Con qué limpiar el acero inoxidable?
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AGUA CON JABÓN
Un paño de microfibra o una esponja humedecidos en agua tibia y jabón son un buen recurso para limpiar los muebles de la cocina o los pequeños electrodomésticos de baño. También existe la posibilidad de utilizar detergente en caso de querer desengrasar superficies de acero inoxidable como placas de cocina o campanas.
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VINAGRE BLANCO
El vinagre blanco no sólo se deshace de las marcas persistentes, sino que también elimina la cal. Se trata de una buena solución para limpiar superficies de baño tipo grifos, pica, ducha etc. y recuperar su brillo.
Para ello, bastará con utilizar un paño empapado en una mezcla de agua y vinagre blanco a partes iguales. Es importante que sea vinagre blanco y nunca utilizar vinagre puro ya que éste es demasiado agresivo y podría dañar el acero inoxidable.
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ACEITE DE OLIVA Y LIMÓN
Se trata de una mezcla totalmente natural que proporciona una limpieza suave. Las propiedades astringentes del limón eliminarán las manchas mientras que el aceite de oliva devolverá el brillo a las superficies que estén un poco apagadas. Para ello, bastará con mezclar el zumo de un limón con aceite de oliva y utilizar una esponja o un paño húmedo para aplicar la mezcla. Se trata de una muy buena opción para hacer desaparecer las huellas dactilares rápidamente.
En caso de querer únicamente recuperar el brillo del acero inoxidable de superficies o utensilios puede aplicarse un poco de aceite de oliva en un paño y frotar con él.
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PIEDRA DE ARCILLA
También conocida como piedra blanca, se trata de una solución natural y ecológica muy eficaz para la limpieza y el abrillantado de toda superficie de acero inoxidable. Para proceder a su uso es necesario añadir un poco de agua en una esponja y añadir un poco del producto para frotar. En caso de querer acentuar el abrillantado se puede utilizar agua con gas. Es necesario aclarar con agua caliente y limpiar con un paño seco.
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AGUA Y HARINA
Se trata de un recurso casero y fácil de aplicar. Basta con espolvorear el objeto o superficie de acero inoxidable a limpiar con la harina para seguidamente limpiarlo con un paño húmedo y terminar aclarando. También existe la posibilidad de colocar la harina directamente sobre la esponja previamente humedecida con agua, frotar, aclarar y secar.
La harina puede sustituirse por polvos de talco para obtener el mismo resultado.
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BICARBONATO DE SODIO
El bicarbonato de sodio es un producto cuyas cualidades para la limpieza son ampliamente conocidas. En efecto, también resulta útil para limpiar el acero inoxidable. Para ello, bastará con diluir un poco de bicarbonato de sodio en agua caliente y limpiar las superficies de acero inoxidable con la mezcla empapada en una esponja. Para aclarar el producto se puede usar otra esponja empapada únicamente en agua caliente o bien un paño de microfibra.
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ALCOHOL DOMÉSTICO
Es de sobras sabido que el alcohol es un potente desinfectante que puede ser utilizado para limpiar y desinfectar tanto objetos como superficies e incluso heridas. Sin embargo, presenta un incoveniente destacable: su fuerte olor persiste tras el lavado y puede resultar desagradable tanto durante como después de su uso.
A pesar de ello, su efectividad es innegable puesto que el acohol elimina todo rastro de suciedad. Además, en el caso del acero inoxidable, ayuda a potenciar y recuperar el brillo. Puede resultar una buena opción para limpiar encimeras, armarios o superficies de acero inoxidable y se trata de un método muy eficaz para suprimir las huellas de dedos. Cabe destacar que en lo que respecta a utensilios o superficies que estarán directamente en contacto con líquidos o alimentos sería preferible decantarse por otro método para su limpieza.
Su uso es sencillo, basta con empapar un paño suave con agua y unas gotas de alcohol y usarlo para frotar las superficies de acero inoxidable. El resultado será una limpieza en profundidad sin necesidad de aclarado.
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PAPEL DE PERIÓDICO
Terminamos la lista con uno de los consejos más antiguos y fáciles de aplicar que la componen. Para devolverle el brillo al acero inoxidable es suficiente con utilizar una simple hoja de periódico y frotar la superficie a pulir con pequeños movimientos circulares.
¿Cómo eliminar las manchas del acero inoxidable?
En la cocina, el acero inoxidable se mancha fácilmente. Cal, aceite, grasa, restos de comida… Hay para todos los gustos. Afortunadamente, con algunos consejos y los productos adecuados, es muy fácil decir adiós a las manchas en el acero inoxidable.
Manchas de cal
Suelen encontrarse en los fregaderos de acero inoxidable. Para eliminarlas en un instante, basta con verter unas gotas de detergente para lavavajillas en una esponja humedecida con agua tibia. Frotar suavemente la superficie hasta que la mancha desaparezca. Utilizar el lado suave de la esponja, no el rascador. Limpiar con un paño de microfibra seco para eliminar todos los restos.
Manchas negras
Para eliminar las manchas negras que pueden formarse en las superficies de acero inoxidable, nada mejor que la glicerina. Aplica una mezcla de una cucharada de glicerina, tres gotas de aceite y una gota de jabón negro en una esponja. Frotar con la esponja hasta que las manchas se eliminen por completo. Para terminar, limpiar la superficie con un paño de microfibra seco.
Manchas de grasa
Para eliminar los restos de grasa de una superficie de acero inoxidable, verter unas gotas de líquido desengrasante en una esponja y fregar. El limpiacristales también es muy eficaz para este tipo de manchas. Una vez más, terminar secando la superficie con un paño de microfibra seco.
¿Cómo eliminar las rayaduras del acero inoxidable?
Debemos tener en cuenta que hablamos de arañazos superficiales. En este caso existe la posibilidad de utilizar un un pulidor para eliminarlos. Basta con aplicar un poco de abrillantador con un paño suave y frotar hasta que el arañazo desaparezca. Será necesario asegurarse de que la superficie está completamente seca ya que de lo contrario podrían producirse manchas.
¿Cómo mantener el acero inoxidable día a día?
El acero inoxidable es un material muy resistente pero que puede mancharse y quedar marcado con facilidad. Para evitarlo, es importante no dejar que la suciedad se acumule y pulirlo regularmente.
Uno de los mejores métodos para protegerlo y así evitar manchas y ralladuras es la cera de abeja. Se debe aplicar una fina capa sobre el acero inoxidable con una gamuza o un paño suave, lo que proporcionará una capa protectora eficaz y mejorará su resistencia.
En conclusión podemos afirmar que el acero inoxidable es un material con multitud de aplicaciones y beneficios pero que requiere de un cierto mantenimiento. Para ello, es importante el uso de productos que no rayen su superficie. Por lo tanto, deben evitarse las esponjas o estropajos abrasivos y optar por paños de microfibra.
Al igual que os compartimos varios trucos para limpiarlo y abrillantarlo, resulta de vital importancia saber qué productos evitar para no dañar el acero inoxidable:
En general, deberán evitarse los siguientes productos:
- Detergentes en polvo (pueden producir arañazos)
- Limpiadores de plata (pueden producir corrosión)
- Lejías, desinfectantes y otros derivados clorados (pueden producir corrosión)
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